Los servicios públicos, ya sea de la distribución a domicilio de energía eléctrica, gas natural o LPG por tubería o agua potable, son concesiones que la Nación otorga a personas jurídicas o privadas para que la población de un municipio se beneficie de estas modernas tecnologías de transporte y distribución y mejore sus condiciones de vida.

 

Ahora bien, es el Estado quien otorga la concesión por un período de tiempo y para una zona geográfica precisa (generalmente un municipio), por lo tanto esa concesión se puede considerar un privilegio que una persona o grupo de personas (sociedad) reciben para desarrollar el proyecto de distribución del servicio.

 

Pero,  contar con ese privilegio exige también reglas y normas de comportamiento social.

 

Distribuir energía o cualquier otro servicio público no es sólo tender redes y tuberías y, como por arte de magia, los habitantes de un pueblo dejan de cocinar con leña o de recoger el agua en la cañada porque ahora un interruptor en la pared permite tener iluminación en la vivienda, o una válvula en la estufa permite tener una llama de gas para cocinar o un grifo le permite contar con agua potable a cualquier hora del día. De dicha actividad la sociedad concesionaria se lucra por el esfuerzo en el diseño y la  construcción de las redes y del beneficio que le lleva a la población.

 

Pero contar con una concesión de distribución les obliga a cumplir con algunas normas que muchas veces se olvidan.

 

Las compras importantes y mayores deben manejarse como representantes – léase concesionarios – del Estado, es decir vía invitaciones a participar de concursos licitatorios.

 

Las licitaciones en Colombia comienzan con un estudio de mercado. Aquí se debe publicar un anuncio invitando a los interesados o enviando la invitación a los que están registrados en las listas de interesados en ser proveedores, a aportar la información solicitada por el concesionario, quien en su momento analizará quiénes cumplen con los requisitos y los que no cumplen deben ser informados. Los que cumplan serán invitados a participar de la licitación. El ganador o ganadores, pero también los que no son ganadores deben ser informados de la o las razones de su descalificación.

 

Esto es jugar en canchas niveladas.