'No sacar petróleo mientras haya demanda no tiene ningún beneficio ambiental'
La incertidumbre persiste en el sector petrolero ante la falta de una decisión clara sobre si habrá o no adjudicación de nuevos contratos, pues mientras la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, ha sido tajante al asegurar que esto no se hará, desde el Ministerio de Hacienda la contradicen.
En entrevista con EL TIEMPO, el exministro y director del Centro Regional de Estudios de Energía (Cree), Tomás González, insiste en las consecuencias negativas que traería para la economía no seguir buscando y produciendo petróleo, ya que es poco lo que puede aportar Colombia al cambio climático cuando el mundo aún necesita de los hidrocarburos.
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¿El Gobierno se está equivocando al no adjudicar nuevos contratos petroleros?
Creo que es un error no firmar más contratos de exploración por una razón: las finanzas públicas de Colombia dependen muchísimo de los temas fiscales y este es un negocio en el que para poder encontrar hay que buscar.
Si renunciamos a buscar no vamos a encontrar y necesitamos mantener las rentas fiscales mientras avanza la transición energética. Además, los números de las reservas son tozudos. Tenemos 7,6 años en petróleo y 8 años en gas, entonces hay que seguir buscando (hidrocarburos).
¿Qué futuro le espera a Colombia si deja el petróleo en el subsuelo?
El año pasado el sector petrolero le transfirió a la Nación lo equivalente a 3,6 por ciento del producto interno bruto (PIB), ningún otro sector de la economía hace esa contribución.
En 2022 este sector le generó al Gobierno más del doble de una reforma tributaria. Otro punto fundamental es que dejar de sacar petróleo mientras haya demanda no representa ningún beneficio ambiental al planeta y a nosotros sí nos genera costos muy altos.
¿Por qué no habría algún beneficio ambiental?
Al planeta le da igual si las emisiones vienen del petróleo colombiano o de Estados Unidos, las emisiones son las mismas
Mientras el mundo necesite petróleo, el petróleo que no le compré a Colombia se lo va a comprar otro país. Y ese petróleo, sea colombiano o sea del país que sea, cuando se consuma va generar emisiones.
Al planeta le da igual si las emisiones vienen del petróleo colombiano o de Estados Unidos o Arabia Saudita, las emisiones son las mismas, pero a nosotros no nos da igual porque el petróleo nos genera impuestos, regalías y empleo local.
Si renunciamos a producir petróleo mientras haya demanda, no vamos a recibir como planeta ningún beneficio en términos de cambio climático y sí vamos a pagar un costo alto en términos de sacrificio de recursos.
Renunciar a producir petróleo es como si estuviéramos subsidiando otros países. Se deja de vender petróleo, así produzca muchos impuestos, y ese espacio lo coge alguien más y el país que lo aproveche si le va a cobrar impuestos a su petróleo. Es una lógica que no cierra, es algo que no nos beneficia y si nos cuesta.
¿Y eso es porque las emisiones del sector petrolero son bajas?
Hay que separar las emisiones desde el lado de la oferta y de la demanda. Lo que realmente genera las emisiones es el consumo de los hidrocarburos, cuando se consume o se usa en los carros o aviones para poder viajar se generan realmente las emisiones.
Producirlo no genera muchas emisiones, sino quemarlo y consumirlo. Por eso, mientras haya demanda se van a seguir produciendo las emisiones, venga el petróleo de donde venga.
¿La no firma de nuevos contratos qué tanto puede afectar a Ecopetrol?
La gente sigue con atención las decisiones que tome Colombia, porque el Gobierno ha dado algunos mensajes que han sido difíciles de entender. Por un lado, señala que no quiere nuevos contratos y exploración, pero por otro lado el Ministerio de Hacienda llama a la calma entendiendo que el petróleo pesa la mitad de las exportaciones, la cuarta parte de la inversión extranjera, una porción muy grande de los ingresos fiscales y las regalías que reciben las regiones.
Lo que sea que se diga en ese sentido, la gente lo está mirando con mucha atención y va a tomar decisiones en función de lo que cree que va a pasar por lo que oiga.
Sea petróleo producido por Ecopetrol o por las compañías privadas, el efecto es similar porque los impuestos y regalías que se cobran son los mismos. Lo que hay enterrado en el subsuelo no es petróleo, lo que hay son impuestos y regalías enterradas. La pregunta es si las queremos dejar enterradas.
¿Qué tanto debe preocupar que las petroleras estén devolviendo contratos?
Eso siempre tiene que preocupar por la misma razón, y es que lo que tenemos enterrado en el subsuelo son impuestos y regalías para el país. Entonces, cuando habrá menos producción o menos empresas dispuestas a sacarlo, vamos a tener un golpe ahí.
En las zonas donde se hace la producción también hay un efecto en la economía local. Los ingresos promedio de un trabajador del sector petrolero están por encima de los 3 millones de pesos, son empleos de buena calidad que no son fáciles de reemplazar.
Además de eso, aunque estamos lejos de que esto sea un problema, nuestro petróleo es la base de la carga de las refinerías para producir la gasolina y otros combustibles. Esto aún no es un problema porque producimos mucho más de lo que necesitamos para refinar, pero es algo que no se puede dejar de considerar. En el fondo, los problemas más delicados son el macroeconómico, el fiscal y los impactos locales.
Estamos viendo los impactos, pero cuando uno mira los beneficios de no firmar contratos, no son claros ¿realmente qué ganamos? Aquí el punto clave es que mientras haya demanda y el mundo necesite el petróleo, va a comprárselo a alguien. El que no produzca Colombia lo va a producir alguien más, esa es la realidad tozuda.
El Gobierno se ha puesto en la tarea de destrabar los 32 contratos que están suspendidos ¿eso sí se puede lograr?
Los estudios nos dicen que tenemos una cantidad de petróleo, pero es distinto saberlo a encontrarlo y perforar
Ojalá se logre y ojalá se hiciera todo, es decir, dejar la puerta abierta para firmar nuevos contratos y que se destraben los que tienen problemas, porque en el fondo esto es un negocio de riesgo.
Este es un proceso muy parecido a comprar la lotería, si se deja de explorar lo que se está haciendo es dejando de comprar boletas de la lotería y no sabe cuál es el número del premio gordo.
Los estudios nos dicen que tenemos una cantidad de petróleo, pero es distinto saberlo a encontrarlo y perforar y hacer actividad es el equivalente a comprar boletas de la lotería. Reactivemos los contratos que están con problemas y permitamos que haya nuevos contratos porque de pronto ahí es donde está uno de los grandes hallazgos que necesitamos.
Con los precios por barril de 2022 ¿qué tanto pudieron aumentar las reservas petroleras?
Uno siempre espera que cuando hay precios altos suban las reservas porque las certificaciones internacionales definen qué cantidades son técnica y económicamente recuperables. Antes, cuando los precios eran más bajos habían reservas que no se podían producir porque no era rentable, pero con los precios más altos sí.
Entonces, lo que se espera es que con precios más altos haya algún aumento en las reservas, pero se debe esperar el informe final de reservas que normalmente sale en esta época del año.
Si cerrarle la puerta a nuevos contratos no aporta mucho a la transición energética ¿cuál debe ser el camino a recorrer?
Ya es difícil hacerlo a 2050 y nos va a costar mucho esfuerzo, como para acelerarlo más sin que nadie lo esté pidiendo
No se nos puede olvidar que la transición energética es cambiar la forma en la que producimos y consumimos energía para cambiar lo que tenemos hoy, que es una canasta de energía en donde tenemos unas emisiones que debemos llevarlas a unos niveles muy bajos. A 2030 deberíamos bajar las emisiones a 51 por ciento y a 2050 deberían ser cero.
La transición energética será cómo se cambian las fuentes de energía que se tienen y cómo se cambia el consumo para lograr esto. Lo que hay que hacer es un esfuerzo muy integral, para ir ampliando la oferta de energía limpia en la economía y tener otras fuentes como el hidrógeno y desarrollar temas de almacenamiento y baterías. Además de contemplar más adelante, eventualmente, tecnologías como la nuclear a pequeña escala.
Y, paralelamente, si el mundo hace una transición se irá reduciendo la demanda y habrá que salir del carbón, el petróleo y el gas, eventualmente, pero hay que hacerlo ordenadamente. Ya es difícil hacerlo a 2050 y nos va a costar mucho esfuerzo, como para acelerarlo más sin que nadie lo esté pidiendo.
¿La meta de 6.000 megavatios de energía limpia que se trazó el presidente Petro si es realista?
Lo primero es que sin proyectos no hay transición y los proyectos no sólo son los de energía eólica y solar, sino también las líneas de transmisión, porque si no hay líneas no hay cómo llevar la energía que se produzca en la alta Guajira a los puntos de consumo en el interior o en el sur del país.
Y lo que estamos viendo es una dificultad enorme por sacar los proyectos a tiempo. Ha habido unos problemas muy complejos para construir una confianza entre las comunidades y los proyectos y ahí el que tiene la llave es el Gobierno, porque es el que tiene la legitimidad, las opciones y el que puede poner las garantías. Es indispensable que haya una participación efectiva de las comunidades, pero también es indispensable que los proyectos entren oportunamente.
De lo contrario, vamos a tener muchos problemas porque cuando los proyectos no entran a tiempo se pueden tener faltantes de oferta, problemas de abastecimiento, precios altos y volatilidad en las tarifas, y ambas cosas siempre terminan afectando a los más pobres.
¿Los retrasos que están presentando los proyectos hacen que sea urgente una nueva subasta de Cargo por Confiabilidad?
Todas las proyecciones indican que vamos a tener unos faltantes de energía en el 2026-2027 y ese es el ciclo del proceso normal de expansión del sistema eléctrico. El problema es que al mismo tiempo que se está convocando una subasta y se quiere que los inversionistas lleguen al país, se están dando señales de intervención al mercado.
Si los inversionistas no saben cuál es el precio al que le van a pagar su energía y si no tiene certezas, se vuelve mucho más complicada una decisión de inversión. Y eso es lo que está pasando en el sector ahora, los inversionistas están esperando tener claridad y señales de política claras sobre si habrá cambios en la remuneración. Hasta que no haya eso va a ser difícil que las empresas que tengan proyectos estén motivadas a hacer las inversiones.
Con este panorama ¿Colombia sí está preparada para enfrentar el Fenómeno de El Niño que se ha anunciado para finales de año?
El problema es que ‘El Niño’ es muy travieso, no se sabe exactamente cuándo empieza, qué tan largo será y qué tan intenso va a ser. Lo que está diciendo la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) es que la probabilidad de ocurrencia de un ‘Niño’ hacia finales de este año ya alcanzó el 90 por ciento y la posibilidad de que sea fuerte es del 40 por ciento, entonces pareciera que de un ‘Niño’ no nos vamos a escapar.
Si los precios de la bolsa de energía suben mucho por la sequía, esto puede significar tarifas más
altas para los usuarios
En un sistema como el colombiano, donde en condiciones normales el 70 por ciento de la energía se genera con agua, esto siempre le pone una enorme presión al sistema. Lo que vamos a necesitar es toda la oferta disponible y también trabajar sobre la demanda.
Algo que nos enseñó el fenómeno de El Niño 2015-2016 es que no sólo es que deje de llover, sino que frecuentemente se presentan problemas en las plantas de generación. Es una cascada de cosas que pueden ocurrir y que puede hacer todo muy difícil.
Lo otro que pasa cuando llego un ‘Niño’ es que se dispara la demanda de gas natural, porque toda esa generación que no se puede hacer con agua se trata de sustituir con gas natural, y en el panorama actual no hay gas para tanta gente. Si se dispara la demanda térmica habrá mucha presión en el mercado de gas.
Estos son momentos en los que el país debe estar preparado y si los precios de la bolsa de energía suben mucho por la sequía, esto puede significar tarifas más altas para los usuarios. Hay mucha presión sobre el sistema y se necesita tener calma y que el Gobierno trabaje conjuntamente con las empresas y todos los sectores.
Hay que hacer la tarea, ser muy pragmáticos y ocuparnos de que el sistema funcione y haga lo que tiene que hacer y olvidarnos de las decisiones que en este momento no conducen a esto. Todos los proyectos que deberíamos tener y que no tengamos, van a hacer mucha falta en una situación de estas.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS
Noticia El Tiempo
https://www.eltiempo.com/economia/sectores/efectos-negativos-de-frenar-exploracion-petrolera-en-colombia-765989